La primera respuesta a por qué estás tan cansad@ deber responderse haciéndote un chequeo de rutina, en una primera instancia.
Si este chequeo está bien, puede tener que ver con muchos factores.
Haz una evaluación de tus conductas basales tales como el sueño, la alimentación, el ejercicio físico, las relaciones sexuales, los vínculos en general y la relajación.
Estas conductas ya fueron abordadas en otros artículos de esta página.
Hoy nombraremos algunas otras cuestiones que pueden tener que ver también:
Dificultad en la puesta de límites.
Cuando se te hace difícil poder decir que no, ya sea porque sentís que no tenés derecho, porque tenés miedo o por alguna otra razón, es bastante habitual que tu cuerpo haga el trabajo por ti.
Y hacer el trabajo por ti es manifestarte cansancio para que pares y para que finalmente pongas límites.
Dificultad en los vínculos.
Muchas veces, propio de tu historia, te cuesta darte cuenta que algunos vínculos te drenan la energía. Así de simple, así de terrible.
Vincularnos con personas que están casi todo el tiempo quejándose, lanzando comentarios desagradables, personas que no disfrutan de tus logros, personas que se victimizan y no ponen en marcha mecanismos para salir de ese lugar.
Observa con atención qué personas estás frecuentando y si tienen estas características.
Y si son personas muy cercanas a ti, limita el contacto con ellas.
Relaciones que no tienen un ida y vuelta.
Como siempre digo, no es que haya un contrato: si tú me das yo te doy.
Pero lo cierto es que los vínculos necesitan de un intercambio, sino se debilitan y mueren.
Como cualquier sistema en la naturaleza.
Si el intercambio es desigual, tarde o temprano lo vas a sentir en tu energía.
Ya sea como cansancio u alguna emoción como el enojo, tristeza, etc.
Necesidad de cumplir con expectativas ajenas.
Un ejemplo claro de esto es la necesidad imperiosa que tienen algun@s hij@s en cumplir con los deseos de sus padres o madres.
Abandonando sus propios deseos para satisfacerlos.
Claramente esto se puede ver en otros vínculos pero este ejemplo es bastante habitual.
Desregulación de tu sistema nervioso (necesidad imperiosa de desenchufarte).
Creo firmemente que debajo de la dificultad en los vínculos, en la puesta de límites, en la necesidad de cumplir con expectativas ajenas, en la falta de tiempo y espacio para ti puede haber desregulación de tu sistema nervioso.
Es maravilloso observar como cuando se trabaja la regulación, las áreas afectadas empiezan a regularse orgánicamente, como me gusta llamarle a mi. La mejor manera de entender el fluir.
Como casi nadie duda, si tu no paras, tu sistema te da un cimbronazo para que lo hagas y en este sentido muchas veces te envía el agotamiento como señal.
Duelo
Duelar una persona, un estado, un lugar, etc. lleva un monto de energía importante.
Para procesar esa falta, ese cambio el organismo utiliza energía.
Para reparar necesita esa energía.
Por lo cual es necesario ser amable con un@ mism@ y darse momentos de descanso.
Descansar si, pero también obligarse un poco a moverse, vincularse en la medida de lo posible.
Depresión
En este caso es importante observar si además del cansancio aparecen algunos otros síntomas.
Uno muy claro es la dificultad en disfrutar de las cosas que antes te generaban placer.
En estos casos, las anteriormente nombradas conductas basales se encuentran afectadas.
Además estar atent@ a la presencia o no de ideas de muerte.
En el caso de que observes que tienes alguno de estos síntomas, no dudes en consultar a psiquiatra.
Como cualquier otro padecimiento, cuanto antes lo enfrentes es mejor.
Procesamiento de trauma. Energía contenida liberada. Necesidad de descansar luego de sostener un gran nivel de activación.
Este es un panorama bien frecuente en el procesamiento de trauma y es el costo que conlleva sanar.
El sostener por mucho tiempo un sufrimiento y luego soltarlo requiere descanso.
Y descansar te ayuda a seguir procesando.
Sé compasiv@ contigo mism@ y date lo que necesitas.