A muchos pacientes les asombra al trabajar desde lo somático y en varias oportunidades me han dicho: “Es solo con prestar atención”.
Y sí, es lo contrario que venimos haciendo.
Para tener un cambio, debemos hacer lo contrario, pero despacio.
Evitar las sensaciones
Vivir en el pensamiento. No parar. Estar siempre ocupad@.
¿Te suena esto?
Y allí se va fomentando la dificultad en conectarte contigo mism@, allí vamos fomentando la desconexión.
Muchas veces las sensaciones que tenemos en el cuerpo son muy asustadoras.
No sabemos cómo manejarlas, por lo que una manera que encontramos es mantenernos ocupados y no nos damos cuenta que esto es peor.
Porque esas sensaciones (molestas) no desaparecen si no las atraviesas, si no le prestas atención.
Quedan allí, como bloqueos, dificultades, sufrimiento.
Atravesarlas. El miedo.
En un primer momento, si sientes que las sensaciones que percibes son muy intensas que hasta miedo te generan, lo mejor es atravesarlas en compañía.
La verdadera presencia de otro ser humano (y muchas veces hasta de una mascota) puede ayudar a que ese tránsito sea más amoroso.
Las personas nos co- regulamos en relación.
Y quizá en un primer momento necesites atravesar esto en compañía.
Un espacio de terapia, un espacio que te permita estar presente (amigos, gupo de yoga, cerámica, etc).
No digo con esto que la psicoterapia se sustituye con otros espacios.
Sino que necesitamos a nuestros pares.
Nuestro cuerpo es sabio y procesará estas cuestiones si le damos un espacio seguro y de contención para hacerlo.
Cuando se vence el miedo
Una vez que se genera un espacio seguro y se vence el miedo, aparece como yo le digo la magia.
Prestarles la debida atención a las sensaciones corporales va abriendo un abanico de posibilidades de sanación.
Y sí te puede sorprender, era solo prestarle atención, si así de sencillo y así de maravilloso.
Pero hubo todo un trabajo previo de contención que fue necesario hacer.