El trauma y el estrés crónico detienen tu desarrollo saludable en la vida. Te desconecta de ti misma y de tu entorno. Sin embargo, es parte de la vida, no es una enfermedad.
No permite que pienses con facilidad, como consecuencia experimentas, entre otras cosas, dificultad en la resolución de problemas.
El tiempo está anclado en el pasado, no existe casi el presente. No encuentras esperanzas en el futuro, creyendo casi con certeza que todo va volver a repetirse.
Estudios realizados por Peter Levine demuestran que los animales salvajes no se traumatizan. Luego de enfrentarse a un peligro, su sistema nervioso descarga la tensión y el animal vuelven a regularse (estabilizarse).
Los seres humanos tenemos similares mecanismos de regulación (naturales).
Sin embargo la cultura, nuestra mente racional, impide que esta descarga lleve a cabo (ej: no está bien llorar).
Este impedimento tiene como consecuencia infinidad de síntomas: dolor (emocional y/o corporal), irritabilidad, presión arterial, enfermedades autoinmunes, cáncer etc.
Además, hay una pérdida de la capacidad de regulación de tu Sistema Nervioso Autónomo. Interpretas muchos sucesos como una amenaza.
¿Cómo puedes propiciar la regulación de tu sistema nervioso para poder vivir una vida más disfrutable?
Hoy en día hay tratamientos que trabajan (entre otras cosas) la regulación del sistema nervioso a través del cuerpo tales como Branispotting, Experiencia Somática, con muy buenos resultados.
¿Cómo sería?
Centrando tu atención en la sensación corporal.
Accedes por medio de tu fisiología a la regulación de tu Sistema Nervioso Autónomo.
Pasas de la atención solamente en lo mental hacia lo corporal. Es así como se accede a la liberación de la energía traumática o de estrés crónico.
Sucesos difíciles siempre habrán, pero si estas fuerte y “en tu centro”, será más fácil atravesar lo que estás viviendo. El trauma y el estrés crónico son independientes de los sucesos, tienen que ver con la forma en que procesas lo que te sucede.
Recordemos además que experiencias traumáticas de otras personas también pueden generarte efectos traumáticos.
¿Cómo sé si estoy regulada?
Te encuentras cómoda en su cuerpo, relajada pero atenta, actúas de manera resiliente, te percibes estable emocionalmente, convencida de poder encontrar soluciones, tus relaciones son saludables y existe una verdadera conexión con los demás.Vives en el presente.
¿Cómo puedo incentivar mi regulación?
En esta sociedad se hace muy difícil que la respuesta de relajación se dé naturalmente, por lo que es sumamente importante que estimules prácticas intencionales para relajarte. Con la repetición puedes fortalecer esa respuesta para que tu sistema re aprenda a estabilizarse.
Prácticas que te gusten, que te relajen, los llamados Recursos, que en línea general son todas esas actividades, pensamientos, etc que hacen que tu cuerpo se relaje. Activar la percepción de la sensación que se instala en tu cuerpo cuando realizas tal o cual actividad, cuando imaginas determinada situación agradable, por ejemplo.
Hay prácticas anti estrés milenarias tales como el ejercicio físico, bailar, cantar, hacer yoga, meditar, hacer tai-chi, cerámica, etc.
Tú y solo tú, debes investigar qué cosas hacen que te sientas bien, que te relajes.
Si estás sintiendo que no puedes hacerlo, que has llegado a una situación en la que no estás pudiendo solo, no dudes en consultar con un profesional de la salud mental, de preferencia que trabaje con un enfoque corporal.