Una pregunta muy frecuente luego de empezar a trabajar en psicoterapia y entender algunas cosas a nivel racional es: ¿Por qué me hago esto?
Estoy pensando puntualmente en situaciones en las que sientes que “debes actuar de tal o cual manera, o poner tal o cual límte etc”.
En definitiva, el deseo de haber actuado de tal o cual forma.
Y las respuestas pueden ser infinitas.
Desde lo somático tienes que entender lo que sucede a nivel del Sistema Nervioso Autónomo.
Sistema Nervioso Autónomo (SNA).
El Sistema Nervioso Autónomo (como su nombre lo indica) actúa independientemente de lo que tú le ordenes o pienses.
Se encarga de procesos tales como el ritmo cardíaco, presión arterial, digestión, respiración, respuesta de defensa y relajación ante situaciones de peligro, entre otros.
Ahora bien, esto es fundamental entenderlo a la hora de comprender por qué muchas veces tus comportamientos son automáticos por más que le “pongas voluntad”.
SNA y Regulación.
El SNA necesita estar lo medianamente regulado para funcionar correctamente, en todas sus funciones.
Cuando has vivido estrés crónico o trauma sin procesar adecuadamente, la regulación se resiente. Esto tiene incidencia en tu salud general.
A nivel psicológico ves que te cuesta discernir qué cosas son peligrosas o no. Te vuelves más reactivo o por el contrario te sientes como aletargado.
Puedes sentir, que te paralizas a la hora de reaccionar. Por ejemplo, quedarte callado y no poder defenderte.
Un SNA regulado, puede discernir que es peligroso y que no, puede estar atento, pero no en alerta y reacciona cuando es necesario.
SNA y protección de la vida.
El SNA reacciona en todo momento cuidándote.
Esto es, si frente a una situación en que alguien te ataca, entiende que lo mejor es que te quedes quieto (porque si te mueves esto puede ser peor) generará que tu cuerpo se paralice. Si entiende que lo mejor es correr, lo hará. Si entiende que lo mejor es luchar, procederá en este sentido.
Entonces… no es por qué me hago esto…
Como dijimos al principio, es un sistema autónomo, no puedes influir en su accionar. No es que tu decidas conscientemente tu reacción frente a, por ejemplo, un ataque.
Puedes trabajar en su regulación, en definitiva, tendrá como consecuencia que reacciones de manera más saludable.
En resumen, la forma que has tenido de reaccionar es la que tu sistema decidió que era lo mejor para ti, porque si no hacías eso, corría peligro tu vida. Así lo interpreta este sistema.
Entonces, es bien importante que no te culpes por tu forma de reaccionar en tal o cual ocasión.
Más bien, si percibes que tus reacciones no son del todo reguladas, comienza a trabajar en este sentido.
Hay técnicas muy poderosas que van a poder ayudarte a conectar contigo mismo, en definitiva, a regularte.