Estamos frente a una avalancha de frases que versan en el: “piensa en positivo”. Hay un elogio de lo positivo.
Y sí, es bien importante pensar en positivo, me he encontrado con frases vacías de contenido, que en vez de ayudar pueden perjudicar.
¿Por qué podría perjudicar?
De nada vale que yo diga “todo va a salir bien” desde mi pensamiento, sin sentir un verdadero convencimiento de que así va a ser.
Del mismo modo si tienes alguna creencia.
Aunque envíes al universo frases de ese estilo, si no hay una verdadera conciencia y un trabajo personal que ancle esa realidad, muy lejos estas de enviar un mensaje al universo.
Me he encontrado con personas que ni siquiera se permiten pensar un riesgo, porque plantean que hablar de ello ya es generar una realidad, entonces mejor ni hablo.
Esto, ha traído un montón de padecimientos.
La falta de contacto con estas cosas que no nos hacen bien o nos generan temor (para elaborarlas) van generando una acumulación en el cuerpo que por algún lado terminan saliendo.
Enfermedades, disregulación del Sistema Nervioso, problemas en los vínculos, problemas laborales, angustia cuasi crónica, etc.
¿Cómo podemos trabajar algo que no me permito ni pensar, ni hablar ni sentir?
Creo que hemos entendido mal lo que significa atraer lo positivo.
Hay un auge del pensamiento mágico.
La realidad es que por más que repitas mil veces que te va a ir bien, si no trabajas tus trabas, la verdadera sensación de certeza de que todo va a ir bien, lejos estas de atraer a tu vida resultados positivos.
¿Cómo hacerlo?
El convencimiento de que vas a salir adelante a pesar de, se construye de observar tu historia, de contemplar todas las veces que te has caído y levantado.
Y de criticar activamente esas cosas que ya no quieres más para ti, sean vínculos, costumbres, formas de ser etc.
El trabajo es por lo menos a dos niveles, el pensamiento sí, pero también la sensación sentida de seguridad asociada a él. Y esto te lo da el trabajo conciente contigo misma, en tu cuerpo.