En el proceso de sanación, es necesario pasar por el estado de víctima.
Reconocer que nos vulneraron, colocar la responsabilidad donde debe ir.
Llegar a ese lugar.
Pueden pasar años antes de que las personas nos posicionemos en este lugar.
Y esto tiene que ver con un montón de factores: Sociales, culturales, afectivos y hasta legales, entre otros.
Es muy duro reconocer que fuimos vulnerad@s.
Por otra parte, es bien común que las personas nos culpemos a nosotras mismas por lo que los demás hicieron con nosotras.
Además, el hecho de que algunas personas se coloquen en este lugar eternamente (generando dolor en quienes los rodean) hace que algunas víctimas no quieran verse así, porque lo ven casi como un insulto.
¿Qué es ser víctima?
Ser víctima es padecer las consecuencias de una acción de otr@.
Desde el vamos, si en un proceso de sanación no te colocas en ese lugar no puedes reconocer que tienes una herida para sanar.
Y algo súper importante: no colocas la responsabilidad en el lugar correcto.
Esto es algo muy doloroso, porque comienzas a convencerte de que “tuviste algo que ver con lo que te pasó”.
En este caso, se obtura la posibilidad de sanar la herida.
Pasar en el proceso por este lugar.
Cuando hablamos de pasar por este lugar, tiene que ver con algo transitorio en el proceso de sanación.
No estamos hablando del lugar que utilizan algunas personas para tener beneficios.
Y nos damos cuenta porque estas personas que se colocan en el lugar del sufrimiento, se pasan quejando, se quedan ahí.
No es un pasaje, es casi un modo de vida.
Estas personas generan un enorme malestar en quienes las rodean y un gran desgaste.
Son estas personas a quienes ayudas, les brindas herramientas y no las toman. Tienen los medios para actuar y no lo hacen.
Porque no hay una necesidad real de salir de allí.
Pero tú si quieres dejar de vivir en el pasado, esa es la diferencia.
Tu no quieres generar malestar en tu entorno.
Por eso mismo, has buscado monton de herramientas para salir adelante.
Tiene solución.