Una de las cuestiones más gratificantes del trabajo somático es poder ser testigo de un cambio orgánico en los consultantes.
Me gusta referirme así, a los cambios fisiológicos que se van promoviendo “por sí solos” como consecuencia del trabajo en la regulación del sistema nervioso.
¿Cómo la regulación promueve esto?
Como he planteado en otros artículos, mi trabajo se centra en el procesamiento de trauma y estrés a través de dos herramientas muy poderosas en este sentido: Brainspotting y Experiencia Somática.
Se trabaja desde las sensaciones sentidas, desde la fisiología, con consecuencias psicológicas (entre otras).
Ese trabajo va generando que tu organismo vuelva a reencontrarse con la fortaleza que traía consigo para enfrentar los diferentes desafíos que le presentase la vida.
En ese reencuentro, cargado de claridad, vas tomando decisiones sin la necesidad de que otr@ sugiera.
Y en el caso de que otr@ sugiera, hay una mayor apertura a la escucha.
Lo tomas y decides desde tu propia convicción.
La desregulación del sistema nervioso
La desregulación (producto de estrés crónico y trauma sin procesar) va generando una suerte de necesidad de que te digan lo que tienes que hacer, o, por el contrario, la idea de no necesitar la ayuda de nadie (entre otras cosas).
Ambas posturas sumamente rígidas.
Cuando tu sistema nervioso se desregula, alguien puede recomendarte algo y puedes vivirlo como una agresión o ni siquiera escuchar.
Por más que te aconsejen, no podrás abandonar ciertos lugares dañinos. Porque no lo sientes como tales, porque no escuchas, o porque sientes que no quieres.
¿Orgánico por qué?
Una vez trabajada la regulación, te retiras de esos espacios (que pueden ser roles también) de manera orgánica, natural, a mi entender.
Las decisiones fluyen, sin pensar demasiado.
Esto es, te incomodas y desde esa incomodidad buscas otros caminos. Abandonas roles, amistades, relaciones que no te hacían bien, de una manera tan espontánea, que asombra.
Y eso te extraña, porque siempre supiste en el fondo, que tenías que salir de allí y por más que “tod@s” te lo decían, no podías ejecutarlo.
Crear las condiciones
El crear las condiciones para que las personas puedan ser independientes en sus decisiones, es lo verdaderamente apasionante de esta tarea.
Redefine nuestro rol acompañante y no protagónico en el proceso de sanación.