La práctica de yoga es una herramienta muy potente en el abordaje del trauma.
Eso sí, si se practica de manera responsable y cuidada.
El yoga tiene infinidad de formas de ser practicada.
Y una de la más conocidas es a través del cuerpo.
Hoy vamos a centrarnos en este punto.
El yoga a través del cuerpo.
El yoga accede a través del cuerpo a las capas más profundas y sutiles de la experiencia humana.
Es por eso que una vez que abrimos esa puerta es muy difícil volver atrás.
Si bien es un camino de profunda sanación, como todo proceso de sanación puede tener experiencias bastante intensas y muchas veces intolerables para nuestro sistema nervioso.
Por lo que, mi sugerencia siempre es ir de a poco, pidiendo permiso y estando muy atent@ a la experiencia que van teniendo l@s practicantes.
Muchas veces puedes salir muy aliviad@, pero otras, muy movilizad@.
Y por eso, es muy importante un buen acompañamiento.
Puede generar un gran avance si lo sumamos a tratamientos médicos y/o psicológicos.
Conoce las técnicas… pero se cuidados@
No basta con la técnica. No basta con los conocimientos funcionales.
Ambos importantísimos desde ya.
Sino que, a mi entender, es muy importante tener una experiencia personal de varios años, si decides acompañar estos procesos.
Cuidar las palabras, los tonos, los permisos.
Considero necesaria la co-visión con otr@s colegas y trabajar la sensibilidad que puede requerir acompañar procesos muy movilizantes.
Reitero, deberíamos ir despacio, como con cualquier técnica de sanación profunda.
Un cuerpo traumatizado puede tener muchas dificultades para moverse.
Y el hecho de ir moviendo partes del cuerpo que han estado bloqueadas puede ser muy sanador o muy perturbador.
Observar es acompañar activamente.
Lo más importante para mí, es observar mucho.
Ir chequeando como los practicantes se van sintiendo.
Preguntar una y otra vez.
Por las emociones que acompañan el proceso, por las sensaciones y por cómo se encontraron entre sesión y sesión.
Ir haciendo ajustes.
A veces un@ tiene premura en empezar la clase para que puedan “aprovechar” sus beneficios.
Y nos olvidamos que esa charla previa que se da a nivel grupal, es fundamental.
Ayuda a ver cómo se va sintiendo la acompañante (profesora) y el ambiente que hay a nivel grupal.
Y la verdad es que, a veces la planificación, queda en un segundo lugar.
Porque de la manera en que vienen l@s participantes, re direcciona el proceso.
También puede suceder que un ejercicio planteado, haya movilizado muchísimo a uno o varios de los participantes y ahí hay que estar y acompañar.
Muchas veces para regular el estado de ánimo de esa participante o del grupo.
Por eso (y por muchas otras cosas) no dejo de verlo como un proceso.
El proceso.
Tu puedes decidir ir de vez en cuando, incluso muchas escuelas tienen la opción de abonar por clase.
Pero si comienzas este camino interno (desde ya, si te sientes cómod@) sería bueno que lo continuaras.
Allí, en el proceso es donde se ven los grandes movimientos.
Porque se ven. Siempre y cuando haya compromiso y tengas una acompañante que ejerza ese rol con responsabilidad.
Ser acompañante en yoga, es una gran responsabilidad.
Y debemos estar a la altura de ello. Por eso trabajar en el mejoramiento de un@ mism@ es fundamental.