Sientes que hay algo que sucedió, recordarlo te genera dolor. Una parte de ti, siente que no es verdad. Pero no, no es un invento, es una consecuencia directa del estrés crónico y /o trauma.
Víctimas de situaciones abusivas.
Este es el comienzo. La confusión. ¿Será verdad? ¿Me estoy inventando una historia?
Pasos de un proceso. Sabes que el recuerdo duele. Pero parece una película, una mala película.
Hasta que te encuentras con alguien. Terapeuta, amig@, familiar, referente, que le pone nombre.
Y allí experimentas rabia y una vez más. “Estoy o está exagerando. Eso le pasa a l@s demás”.
Coexistirían dos partes dentro de ti.
Una que sabe que las consecuencias están. Vives todo el tiempo con ellas: miedo a salir, falta de confianza, imágenes y angustia que no puedes entender, bronca que no puedes entender. Y la lista continúa.
Y otra parte que parece un mal sueño, algo que no te corresponde, una exageración.
Una vez que enfrentas la situación.
Conforme vas procesando esta situación traumática, comienzas a integrar lo que sucedió. A aceptarlo con dolor.
Y a intentar aprender de lo que sucedió. No como un elogio a lo acontecido.
Sino como la oportunidad de protegerte (ahora que puedes) y ayudar a que otros puedan protegerse también.
Desde tu lugar. Desde el rol que tengas en este momento.
El reconocimiento.
Este proceso descrito, que no es tan lineal como lo describo (y además implica mucho dolor) habla del proceso por el cual pasa una persona que ha sido lastimada por alguien que ejercía o ejerce un rol de poder.
Alguien intocable, que puede o no haber tenido cómplices.
Hablo de cualquier situación abusiva por la que una persona haya pasado en su vida.
A grandes rasgos, este es el proceso por el que pasa una víctima.
Y si bien este término es bastante rechazado, es necesario colocarse (un momento solamente) en este lugar para poder procesarlo. De lo contrario es muy difícil poder sanar.
¿Por qué se lo sentimos como algo que le paso a otr@?
Pueden influir muchos factores.
Entre ellos, tu sistema nervioso necesita “desenchufarte” para que puedas continuar con tu vida.
Es habitual sentir como que son partes que coexisten en ti o que forman parte de una película que te inventaste.
Es un mecanismo de protección que utiliza tu organismo.
Coexiste con sentimientos de culpa propios y muchas veces incentivados por las personas que te generaron un daño.
Que te hace sentir erróneamente que tu tuviste la responsabilidad de lo acontecido.
Por otra parte, algo fundamental es la validación o no, que hace el entorno que te acompaña en ese momento. Si es que lo puedes expresar.
Es decir, puede que te juzguen al contarlo: “No seas exagerad@, no pasó nada”, “no se lo cuentes a nadie”, etc.
Que sientas que no te van a creer, o que quieras proteger algo, o a alguien.
Pedir ayuda.
Por favor, si te sentiste identificad@ con algunas de estas cuestiones, pide ayuda.
Es muy difícil salir sol@, y tiene un costo enorme para tu salud.
Y como sociedad, no juzguemos a alguien que tarda años en denunciar determinado hecho, porque puede llevar muchísimo tiempo, solamente poder contactar con que fuimos dañados.
Y volver a contarlo muchas veces requiere un acompañamiento terapéutico porque remueve todo el dolor vivido.
No es tarea fácil. Tómate el tiempo que necesites, pero despacio, trata de sanar.
Siempre van a haber personas que te van a creer y acompañar como lo necesitas.