¿A qué nos referimos con la importancia de la verdadera presencia para procesar adecuadamente situaciones estresantes o traumáticas?
Me inspiró a escribir este artículo la vivencia expresada por Peter Levine en un accidente de tránsito vivenciado por èl.
Donde resalta la importancia de la verdadera presencia.
Qué implica para mí la verdadera presencia.
A menudo se habla de que las situaciones se vuelven traumáticas o estresantes porque las vivimos en soledad.
Vinculando la presencia, con un elemento sumamente reparador.
Presencia y compañía.
Un@ puede estar acompañad@ y no sentir la verdadera presencia.
La presencia a mi entender tiene que ver con otr@ empático que acompaña nuestra sintonía sin juzgar, que es receptiv@ a lo que necesitamos.
Por lo tanto, es otr@ que sostiene.
Acompaña sin invadir. Esto tiene que ver, con pedir permiso. Incluso para acompañar.
Pedir permiso, para dar su opinión, para abrazar, para acercarse.
Respetando los silencios.
Jamás se pondría como ejemplo de persona, pero puede aportar (si hay un permiso) con el solo objetivo de guiar a la persona a la que acompaña.
La verdadera presencia, nos hace sentir segur@s.
Para acompañar hay que acompañarse.
Para acompañar saludablemente, es necesario cuidarse.
Poner límites, estar con nosotr@s mism@s.
De lo contrario, es prácticamente imposible acompañar saludablemente.
Tu propia compañía.
Muchas veces estaremos sol@s con nosotr@s mism@s.
Tú también puedes desarrollar dentro tuyo, tu propia presencia.
Con similares características.
Es fundamental fortalecer tu propio sostén.
Dándote tiempo, espacio, respetando tus necesidades, estando atent.@
Pidiéndote permiso.