El fenómeno de volver a ti, observarte, darte tiempo y cuidado: la reconexión trae una nueva relación contigo misma.
Una relación más sana, más completa donde priorizas tu bienestar y darte el cuidado que sentiste que no estuvo.
Nueva relación.
Cuando antes rondabas en pensamientos de injusticia, necesidad de reclamo. Ahora reconoces que tal o cual situación no estuvo bien, pero te regalas una nueva realidad.
Entiendes que lo mereces y dejas de esperar que venga de afuera.
Sales de la idea de que no eres merecedora, del autocastigo y empiezas a cuidarte como lo haría un padre bueno, una madre buena.
Siempre reitero que esto no implica soluciones mágicas y una falsa promesa de bienestar eterno.
No. Vas a seguir sintiendo dolor, pero lo vas a atravesar de forma diferente.
No te quedarás en el sufrimiento.
Empezar de nuevo
Algunas personas sienten que es como empezar de nuevo.
Esto puede ser muy “asustador” dijera una docente muy querida.
Y si, es reencontrarte con aquello que estaba en pausa dentro de ti: tu fortaleza.
Se siente como empezar de nuevo. Pero, en definitiva, no lo es.
Es volver a encontrarte con tu firmeza y sumar a esto toda la experiencia adquirida en tu camino. Es más que empezar de nuevo.
El camino hacia la sanación.
Claro que el camino hacia allí no es fácil. Debes darte tiempo, debes trabajar muchísimo.
Debes priorizarte. Y quizá te encuentres con recuerdos, sensaciones y procesos no muy agradables.
Hasta parecerá que estás empeorando por momentos.
Nada de ello, es parte del proceso de reencuentro y sanación.
Ni siquiera encontrarás en un primer momento, palabras para describir la sensación de bienestar que traerá consigo tu trabajo.
Parecerá increíble, es tu fortaleza interna. La que tenemos todos. Mas, o menos visible.
Consecuencias directas del trabajo con lo somático.
El trabajo somático se basa en la fisiología, para generar cambios en la regulación del sistema nervioso.
Trabaja de manera profunda los efectos de las situaciones traumáticas a nivel del cuerpo, dado que la energía traumática es allí donde se aloja (generando infinidad de padecimientos y enfermedades).
La liberación de energía traumática que promueve, deja lugar para el disfrute y para ocuparte de cosas que siempre quisiste y sentías que no tenías energía, o que no podías.
Hay más espacio en tu cuerpo que se siente a modo de alivio.
Todo aquel que haya pasado por un proceso somático, te va a decir con toda seguridad que hay que vivirlo, para poderlo entender con mayor claridad.
Te animo a probar este tipo de abordaje de sanación potente y duradero.