Hoy nos vamos a centrar en un aspecto fundamental de la conformación del ser humano saludable, mí me gusta llamarlo el cuidado empático básico.
Como sería muy largo de expresar lo definiremos como el “maternaje”.
Maternaje y trauma.
El llamado “maternaje” tiene que ver con el ofrecimiento (Por parte de un referente adulto) de las condiciones necesarias para la crianza de un ser humano, tales como cuidado y protección. Así como también, promover una adecuada inserción social.
Es usual ver en la consulta adultos que se han sentido cuidados, pero no como lo necesitaron y esto causa un gran sufrimiento en sus vidas diarias.
Las situaciones traumáticas pueden darse a partir de acontecimientos, pero también cosas que no sucedieron y “debían suceder”.
Recordemos, además, que lo que define al trauma no es lo acontecido, sino las consecuencias que deja esto, en nuestro sistema nervioso.
Cómo puede devenir en una situación traumática.
Muchas veces, sucede que el adulto referente no está lo disponible que sería necesario (por sus propios traumas, por cuestiones propias de la vida, etc), no pudiendo conectar “genuinamente” con su cria.
Esto va generando un sentimiento similar al abandono, que, a su vez, puede ser interpretado como falta de amor: “No me quieren”.
Recordemos que estas situaciones generan un mayor impacto con la cronicidad (repetición) de sucesos. No hablo de situaciones puntuales.
Entonces, la cronicidad de estos sucesos va generando (entre otras cosas) una herida que se visualiza en la adultez, como auto desvalorización, dificultad en la puesta de límites y un profundo sentimiento de dolor, junto con la necesidad de que las cosas cambien y finalmente se dé, eso que no se dió.
¿Por qué hablamos de darte tú el cuidado empático básico?
Como ya lo hemos visto en otros artículos, esta situación no procesada adecuadamente, puede devenir en trauma.
El trauma (que además comienza a pegarse con otras situaciones adversas que puedan ir sucediendo en la vida de la persona) genera desregulación del Sistema Nervioso Autónomo.
En primera instancia se debe trabajar esa energía para canalizarla y que el sistema pueda recobrar su regulación.
A medida que esto sucede, la persona va recobrando la conexión consigo misma.
Esto provoca a su vez, que reconozca sus necesidades y busque resolverlas.
De allí deviene el término “auto- maternaje”. ¿Por qué?
Porque reconoces que salir del lugar de espera y darte tú misma lo que necesitas, acompaña un profundo sentimiento de sanación y empoderamiento.
Derribando, además, esta creencia de no ser alguien querible, entendiendo que esto es pura y exclusivamente una dificultad que tuvieron tus referentes.
Nuestros referentes, ¿pueden reparar su “error”?
A partir de todo ese trabajo es probable que sientas la necesidad de cierta reparación de parte de tus referentes.
Muchas veces esto no llega, por sus propias incapacidades.
Reconocer esto, puede doler, pero no te devastará, porque ya hay una integración de este nuevo espacio de sanación.
Lo que permitirá que sueltes el lugar de espera (verdaderamente) y sigas adelante con tu vida.
Se puede.