Creo que la calma ha sido mal entendida. Porque muchas personas la ven como pasividad.
Buscando la definición en el diccionario, me encuentro con palabras como “pachorra, quietud, reposo”.
Y un@ puede estar presente, atent@ a lo que está sucediendo, realizando una actividad y a su vez estar en calma.
Estar en calma bajo la tormenta.
Calma no significa estar quiet@, ni siquiera en reposo.
Podemos estar en reposo y no estar en calma.
Después de trabajar desde lo somático, la calma implica para mí, no salir de tu centro.
Poder pensar claramente sin que te inunde la intranquilidad.
En definitiva, la intranquilidad no facilita las cosas.
Calma como la capacidad (que se puede desarrollar) de poder atravesar desafíos, sensaciones, estados con la mayor entereza posible.
Poder estar presente en tu cuerpo, poder percibir los mensajes de tu fisiología, para poder darte lo que necesitas y para poder acompañarte y acompañar si es necesario.
Y todo esto dicho anteriormente se aleja muchísimo de la pasividad o la pachorra.
La desregulación y la interpretación de la calma.
La desregulación de nuestro sistema nervioso hace que percibamos que para estar ocupándonos de algo debemos estar alerta.
Y no, puedes estar en paz y ocuparte. Y seguro te ocuparás mejor.
Porque estarás más clar@ a los estímulos. Tu pensamiento estará más claro.
En ocasiones se siente miedo a la calma cuando hemos estado en estado de alerta constante, ¿por qué?
Porque se interpreta el estado de paz y tranquilidad con “bajar la guardia”, y estar a la deriva frente a determinados peligros.
Inclusive lo vemos en el trabajo somático.
Un sistema que ha estado en alerta continuo, debe comenzar a experimentar la calma muy de a poco, para que no lo sienta como algo peligroso para su integridad.
La cultura y el estado de alerta.
En ocasiones se incentiva socialmente el estado de alerta. De agitación.
Aquí se vuelve a interpretar tranquilidad con la pasividad.
No, la calma no es pasividad.
Es estar tranquil@ a pesar de. Es actuar desde la armonía.
Y si, para llegar a este estado debes detenerte un momento para percibir y percibirte.
Pero conforme lo vas practicando se va creando una congruencia interna que ayuda a que tus reacciones fluyan con mayor naturalidad.
Fomentar y habitar la calma, lejos está de la pasividad.