No tomarse tan en serio las cosas, es un ejemplo de regulación.
Desde ya, no estoy hablando de irresponsabilidad.
Sino de, bajar la carga en situaciones que lo ameritan.
Hay situaciones que interpretamos como “de vida o muerte” y en realidad no lo son.
¿Cómo darme cuenta si la situación lo amerita?
Siempre, siempre las respuestas están en el cuerpo.
Pero cuidado, si no estamos lo suficientemente regulad@s, podemos leer mal esas señales, interpretando una cosa por otra.
Una vez que has comenzado a trabajar con tus sensaciones, emociones, comienzas a no confundirte tanto con el “ruido externo”.
Hablemos entonces de desregulación emocional.
Desregulación e interpretación de la realidad.
Los aspectos que menciono a continuación influyen en la interpretación que haces de la realidad. A la vez podrían estar hablando de desregulación:
Estás en alerta continuo. Todo desafío es peligroso. Hasta los llamados “positivos”.
Falta de conexión con tus necesidades.
Falta de tiempo para ti.
Estar pendiente de los demás.
Creencias poco saludables con respecto al éxito.
Pendiente de la aceptación de los demás.
Dificultad en separar tus necesidades de las de los demás.
Una de las sensaciones más visibles es el miedo.
Pero no un miedo saludable que te incentiva a generar algún cambio, sino por el contrario es un miedo paralizante.
Preocupación constante con respecto al futuro creando escenarios bastante poco probables.
Vivir los desafíos cotidianos como algo que no tendrá solución o te llevará a situaciones peores.
Recuerda que tu sistema está en alerta. Por lo tanto, necesitaría prepararse para lo peor.
Todos estos indicadores, podrían manifestar estrés crónico o trauma sin procesar adecuadamente.
¿Qué cosas puedo ir haciendo?
El estrés crónico y el trauma sin procesar adecuadamente, tiene, entre otras consecuencias, la desconexión contigo misma.
Despacio, tienes que comenzar a reconectar:
Date tiempo para ti. Para comenzar a conectar con tus necesidades. Empieza a estar pendiente de ti misma.
Reserva un espacio para realizar alguna actividad que te ayude a conectar. Cualquiera que te ayude a estar presente: actividades creativas, meditativas, psicoterapia. Actividades que te inciten a mover el cuerpo y estar atenta a él.
Empieza de a poco. Ya que, si realizas este cambio de golpe, tu cuerpo sentirá temor y volverá atrás.
Empieza a darte tiempo para responder. Un mensaje, una llamada, cualquier petición del entorno. En ese tiempo conecta con las sensaciones, emociones y pensamientos que te genera tal o cual petición. Ya que, esto hará que no actués por patrón o por automatismo.
Revisa tus creencias con respecto al éxito. ¿Qué es el éxito para ti? ¿Esta idea de éxito te tiene content@? ¿cómo está tu salud? ¿Te sientes bien en tus relaciones sociales y familiares, etc?
Igualmente, revisa si estás dándole a tus necesidades, la misma importancia que a las necesidades de los demás.
Desafìos siempre.
Obvio que hay cosas que nos golpean más que otras.
Por ello, cuanta más firmeza coseches, mejor vas a atravesarlas.
Atravesar con firmeza los diferentes desafíos que seguramente habrá en tu vida implica tener la certeza de que vas a superarlos.
Que es un aprendizaje y que no estás sol@.
Finalmente, si sientes que no puedes en este momento, pide ayuda.