Menuda trampa a tu vida. A tu disfrute, a tu camino.
El pensar “cuando esto pase voy a estar mejor” es tener la fantasía que nunca más van a aparecer dificultades, desafíos.
Cuestión alejada de la realidad.
Cuando me reciba, cuando me case…
Una y otra vez vemos que no es así. Cuando estamos supuestamente tranquilos, zás.. aparece otro desafío en nuestra vida.
Por eso, mi recomendación es que vivas.
Si, que trates de hacerte el camino lo más fácil posible.
Si estás atravesando un momento de mucho estrés. Busca la manera de ocuparte de aquello que te inquieta.
Con un pie en darte situaciones que te generen paz, que te hagan bien.
No esperes que esto pase para darte lo que necesitas.
En el camino…
Un poema hermoso llamado Desiderata (Max Ehrmann) comparte un consejo sumamente sabio:
“Debemos fortalecernos para la desgracia repentina”.
Y esto no es vivir pensando en que la desgracia va a llegar.
Vivir sí, pero tratando de poner de nuestra parte para fortalecernos.
Para trabajar en nuestra fuerza interior.
Esa que nos va a acompañar en los momentos más duros que deberemos pasar.
Porque todos sabemos que esto es así.
La vida se compone de momentos, bellos y de los otros.
Tanto unos como otros, requieren de nuestra fortaleza.
Pero es bien claro cuánto necesitamos nuestra fortaleza en los momentos duros.
Vivir también implica construir herramientas de sostén.
No esperes.
Todas las etapas de la vida tienen momentos duros, pero no por eso tienes que dejar de vivir y regalarte un poco de paz.
Desde ya, siempre tienes que buscar herramientas que te ayuden en tu regulación. Siempre deben estar. NO te olvides de ellas, jamás.
Trabaja para encontrarlas, son un verdadero regalo.
Y si sientes que no puedes solo, pide ayuda, no te aísles.