En este momento histórico que te toca vivir, es muy difícil parar. Todo gira a una velocidad impresionante, vives más en el futuro que en el presente, hipotecando así la importancia del momento.
Es complicado mantenerse al margen, pero deberíamos trabajar para que los efectos de “vivir velozmente” no te generen enfermedad o malestar.
Hay muchas alternativas para cuidar nuestra salud, una de ellas es vivir y sentir “aquí y ahora”. Esto no quiere decir que no planifiques. Significa tener una visión de futuro pero sin vivir en él.
Piensa en un día normal
El despertador, la obligación, si me da el tiempo desayuno porque tengo que estar en tal o cual lugar… eso con el tiempo, te cobra factura.
Muchas veces con el deseo de tener tal o cual objeto hipotecas un montón de cosas que realmente te harían feliz. Otras veces sin duda, es por necesidad real.
Te olvidas de respirar. Si te observas atentamente quizá respiras rápido, respiras mal, con lo importante que es hacerlo profundamente para oxigenar nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
Quizá te olvidas de lo importante que es dormir, comer, escuchar tu cuerpo: qué precisa, qué no.
Propongo que te detengas un momento:
¿Eres feliz? Si no lo eres, ¿qué necesitas para serlo? ¿Realmente haces cosas que te hacen bien? ¿Qué puedes hacer para potenciar tu salud?
Te invito a que te centres en el momento:
- Que al levantarte te despereces.
- Desayuna, come lo más despacio posible y mastica.
- Disfruta de tu baño.
- Sal con el tiempo suficiente como para poder llegar a tu trabajo tranquilo.
- Respira profundamente y despacio.
- Canta.
- Cada vez que te invada un pensamiento que no tiene que ver con el momento presente descártalo, dale la orden a tu cerebro con un “ahora no”.
- Ocúpate sí, pero en un determinado momento.
- Confía en ti, y en que todo se va a solucionar.
No es fácil, lo sé, a todos nos cuesta. Pero empieza por lo primero, que es tomar conciencia. Continúa con cambios pequeños, que en definitiva son los más duraderos. Así funcionamos los seres humanos, con cambios paulatinos que se hacen firmes.
Sé que estás pensando ¿pero en qué momento crees que puedo hacer estas cosas? Sí, es comprensible, nos resulta difícil separarnos de la realidad que vivimos, pero dentro de ella quizá hayan pequeñas cosas que puedas cambiar. ¡Piénsalo!