A veces hablamos de nuestro cuerpo como si fuera un objeto separado de nosotros. Tal es el caso de un vecino que me encontré en el supermercado que entre charla y charla me dijo: “Ahora no puedo tomar café… mi cuerpo enfermó…tengo gastritis”.
Al hablar de su tratamiento me contó que le mandaron “comer sano, hacer ejercicio y evitar las situaciones de estrés”. Como no puedo con mi condición le pregunté: “¿Mejorar el estrés…y cómo lo harías?” “No sé… (me contestó) supongo que no preocupándome tanto”.
Podría haber insistido un poco más. Pero la verdad es que me despedí y lo dejé ir. En otro momento, me gustaría explicarle que es más complejo que esto.
¿Por qué mi cuerpo enfermó?
El tratamiento médico es fundamental, pero además de explicar brevemente los por qués de lo que está sucediendo en tu cuerpo debe quedar claro que no enfermó por que sí, o porque estaba predestinado a.
Si no abordamos los factores que hicieron que la enfermedad aparezca, tratándola “de raíz” es probable que en lugar de mejorar se empeore la situación.
¿Que podrías preguntarte?
- ¿Siempre fui saludable? ¿Mi cuerpo me ha dado señales de que iba a contraer una gastritis? Muchas veces el cuerpo te avisa que hay cosas que cambiar (comidas, relaciones, hábitos) y lo hace de la única forma que puede hacerlo, con una enfermedad.
- ¿Qué idea tengo de lo que es una gastritis? (origen, mantenimiento, tratamiento, reversibilidad).
- ¿Cuáles son mis pensamientos en general? Los pensamientos son sumamente poderosos tanto si son negativos como positivos.
- ¿Soy feliz? ¿Tengo sueños? ¿He estado preocupado? ¿Cómo me siento en mis relaciones con los demás? El malestar crónico genera sustancias que (si son excesivas) nos dejan más vulnerables.
- ¿Tengo mis necesidades básicas cubiertas? Si tienes trabajo: ¿Cómo me siento allí? Recuerda que el trabajo es sumamente importante no solo para sustentarte sino para sentirte productivo. Si este aspecto no anda bien es natural que no te sientas bien.
Muchas veces olvidas tomar en cuenta situaciones de malestar que se han “cronificado” y han llevado a que te sientas triste, cansado, desmotivado.
Cuando te sientes así, es muy probable que no te cuides, no descanses bien, comas mal, no hagas ejercicio.
Y esto es estrés mi querido vecino, es más complejo que evitar preocuparse.