En un artículo anterior te comenté que nuestro cerebro tiene dificultades para discernir entre los pensamientos y las situaciones reales, por eso es muy importante evitar los pensamientos negativos. Este es uno de los aspectos que forman parte del cuidado de tu salud.
Basta imaginar un suceso trágico que haya o no sucedido. El sinfín de reacciones que se desencadenan en tu cuerpo van desde la tristeza, malestar, ganas de llorar, dolor de estómago, entre otras.
No importa que esté pasando o no, estos cambios suceden.
Por eso ten cuidado con lo que piensas y nútrete de pensamientos amables.
Sé que estás pensando que es difícil. Pero es como todo, un hábito.
Cuando estás frente a un proyecto, a un deseo, un cambio, pueden instalarse en tí palabras como: “no puedo”, “me va a ir mal” o “no lo lograré”.
Claro, hay que tener presente que puede ser una posibilidad, no siempre te va a ir bien en lo que emprendas, a todos nos ha pasado. La vida es un proceso de aprendizaje, lo vemos en nuestra evolución como seres humanos.
Pero lo que sí es importante tener en cuenta es que frente a cualquier emprendimiento estas palabras tienen su peso.
Y no hablo de magia.
Frente a un proyecto puedes poner en marcha situaciones, decisiones o acciones “negativas” más o menos conscientes que terminan generando que no suceda. Y así confirmas que tenías razón.
No estoy incitando al actuar impulsivo, sin pensar. Sabes que no podría tener las mejores consecuencias. Hablo de evaluar con responsabilidad los pro y los contra y una vez tomada la decisión de poner en marcha tu caja de herramientas, lo consigas.
Muchas veces en el “no podré”, confirmas que no puedes y no lo haces.
Muchas otras conviven en tí dos fuerzas: una que hace todo lo posible y se empeña para conseguir lo que se propone y otra que boicotea las posibilidades. ¿No te ha pasado?
A veces tiene que ver con ciertos mandatos familiares tales como: “Tú no eres capaz”.
Piensa, si alguien te dijo esto alguna vez probablemente el problema no era tuyo, sino de quien te lo dijo.
Claro, no es lo mismo que te lo diga una figura significativa para tí a que te lo diga alguien que no te importa. Ahí radica la fuerza, pero te cuento que te puedes liberar de ello.
Por último pero no menos importante, recuerda que toda vez que te agredes con pensamientos negativos, te agredes de verdad.
Cuando una situación real o imaginaria te sitúa en un lugar de peligro, en tu organismo suceden un montón de cambios complejos que te ayudan a enfrentarla (Estrés).
En situaciones de peligro real, es necesario que esto suceda, es tu defensa.
Pero como bien se dice, todo es cuestión de equilibrio. Si abusas de estos mecanismos (sin necesidad además) generas agotamiento, baja de defensas y un estado de vulnerabilidad en tu salud.
Estamos viendo un aspecto que influye directamente en tu salud que son los pensamientos. Si a los pensamientos poco amables le sumas: mala alimentación, poco descanso, pocos momentos de placer y otras insatisfacciones de necesidades de manera continua, entras en un proceso mucho más complejo, dado que tu salud se encuentra en riesgo.
Por eso en el cuidado integral de tu salud también es necesario que cuides tus pensamientos.